Halloween, el día después
-Ay fíu. Ye que así, sin colmillos, sin…
-¿Qué ho?
-Vaya bajón.
-¿Qué qué ho?
-Ay. Después de una noche tan llena de misterio…
-¿Pero qué te pasa, Mariflor?
-Sin capa y sin careta perdiste esi aire sensual y seductor.
-¿Qué qué ho?
-Nun te parezca mal, Ricardo, pero…
-¿Ya no te gusto?
-Puf, no sé cómo decite…
-¡Di ho!
-Tabes más guapu de zombi en estado de putrefacción.
-¿Y si te morisqueo el cuello?
-¡¡¡Haz el favor!!!
-Pero…
-¡Ay madre! Esta noche… No sé qué me pasó.
-¡Tabes loca por mi! Trajísteme a tu casa pa…
-Date el piro, vampiro.
-¿Qué? ¿En serio?
-Ay, tío, si no te hubieses quitao el disfraz… ¡Pero así yes imposible!
-¿Por?
-Tenías tanto morbo con aquel boquete en la yugular…
-Entós, ¿quiés que me vuelva a maquillar?
-No, tío, Jalogüin ya pasó.
-¿Y?
-Con la careta dábasme morbo, ¡¡¡sin ella dasme terror!!!
-¿Doite miedo?
-No, gracies, ya tengo.
-¿Qué qué ho?
-Ay, fiu, engañásteme. Parecíes tan simpáticu…
-¿Por ir vestiu de vampiro?
-Sí, tío, cuando entraste en el chigre y pediste un vaso sanguíneo…
-Ah. Ya.
-Y cuando dijiste que los bebés vampiros juegan con glóbulos rojos…
-¿Quiés que me ponga otra vez la capa?
-No, Ricardo. Ahora ya te vi el careto.
-¿Y qué?
-Y ya sé cómo yes por dentro: vite los calzoncillos, los calcetos…
-Qué bruja yes.
-Y sin falta de disfraz, ¿ves?
-Tienes un buen revolcón, Mariflor.
-¡Ni se te ocurra, eh! Sin disfraz, ¡ni hablar!
-Bueno, entós lu vuelvo a poner.
-Que no, Ricardo, ¡se acabó!
-No entiendo na.
-¿Pensaste alguna vez en llevar colmillos de diario?
-¡Esto ye el colmo!
-Sí, fíu. Yes más feu sin colmillos.
-¿Y qué más, Mariflor?
-¡Y más siniestru! Ojalá nunca te hubiera visto en calzoncillos.
-Oye, y si…
-¡Date el piro, vampiro!