-¿Viste, Josecarlos?
-…
-Jose, ¡tán hablando contigo!
-¿Eh?
-Que si viste el periódicu.
-¿El qué?
-»Los jóvenes españoles son los más remisos de la UE al abandono del nido familiar».
-Ah.
-¿Qué te paez? ¿No va siendo hora ya?
-¿De qué?
-De levantar el vuelo, Josín. Mira, yo a tu edad…
-Ay, no empieces.. Son otros tiempos, papá.
-¿Qué, ho?
-La infancia dura menos, la adolescencia muchísimo más…
-¡Que tienes 43 años, Josecarlos!
-Ya, ya… Pero adolezco de tantes coses…
-No te quejes, tienes un trabayín…
-Con 500 euros al mes, ¿ónde voi dir tocar?
-Ye más cómodo tar aquí de hotel, dándonos que facer…
-Pero papi…
-No me llames papi que te remacho, ¿oíste?
-Jo…
-Ni jo, ni ja. ¡Levántate de una vez d’esi sofá!
-Toi viendo a Cantizano.
-¿A ti paezte normal?
-No mucho, pero no parez mal chaval.
-Tienes que emancipate, Josín…
-Bah.
-…Cortar el cordón umbilical.
-¿Tú sabes lo difícil que ye sobrevivir ahí fuera?
-¿Y tú sabes lo jodío que ye aguantate aquí dentro?
-Anuncios. ¿Acabáronse les corteces de cerdo?
-Mira tu má, la probe, ahí hundida en la silla…
-¿Ya no quier dame el respaldu?
-No, ¡quier date con la silla en la cabeza!
-Pero… Necesito respaldu económicu, afectivu, papá.
-Un par de hosties ye lo que te vamos a dar.
-¿Queréis que salga a buscar pisu?
-¡Sí, pero ya, que tas a puntu de prejubilar!
-¿Y el síndrome del nido vacío?
-¿El qué, ho?
-El huecu enorme que…
-¡Venga, manguán, vete soltando el mando a distancia!
-¿Y… déjesme les llaves del coche?
-¡Arranca!
-Ya, pa eso les quiero.
-Ni llaves del coche, ni de casa. ¡Hala, a rascala.