Empezar el año saneando.
-A ver cómo te lo explico, Nardo.
-¡Pásame la maquinilla ho!
-La vida ye más simple de lo que parez.
-¿Por?
-A los humanos nos encanta complicalo too.
-Que me pases la maquinilla, faime el favor.
-La mente nos enreda y nos fae sufrir. A toos, eh. ¡Pero sobre too a ti!
-¡Agg, asco de vida!
-¿Ves? Tu solo hai una cosa que sabes facer.
-¿Cuál?
-¡Tas tol putu día quejándote, Nardín! Y vienes aquí a envenename a mí.
-Vengo a que me quites el remolín.
-¿Qué remolín ni que mi madre? Si yes tan calvu que si caes d’espalda te golpeas en la frente.
-¡Chisst! Pelo tengo poco pero mui rebelde.
-Nardo, solo vienes aquí a rajar de los demás, esto paez una ejecutiva federal.
-¡Tamos rodeaos de sinvergüenzas, de traidores!
-Acabose, Nardín.
-Anda, pásame la máquina y quítame’l remolín.
-¡O saques a Marhuenda de tu cuerpo y quites esi Inda que lleves dentro o…!
-¿Qué ho?
-Esti añu nuevu quiero positividá. Así que, hala, ¡a tomar pol culo, que toi saneando el local!
-¿Cómo ye ho?
-No me lo tomes a mal ho, ye un tema de sanación.
-¿Pero nun somos amigos, Jose Alberto?
-Somos lo que pensamos. Y tú, fíu, yes retorciu, ¡mui retorciu!
-¿Qué qué ho?
-Que pa mí yes un lastre, fiu.
-Home, yo…
-Nun tenemos una relación sana. Saques lo peor de mí, Nardín.
-Anda, pásame la máquina y quítame’l remolín.
-Que no, Nardo. ¡S’acabó!
-¿Por qué nun me quies cortar el pelo ho?
-Primero, porque yes calvu. Y segundo, porque ya me cansé de date conversación.
-¡Home ho!
-Paso de disgustame a lo pijo, de discutir por bobaes, de… de…
-Somos amigos desde va treinta años.
-Más a mi favor. Necesito un descansu, Nardo.
-¿Por?
-Atiéndote por amistá, pero déjasme mui mala energía nel local. Cuando marches, quedo fechu mierda. Y nun lo merezco.
-¡Perroflauta! ¡Sois toos iguales! ¡Así va España!
-Vete a tomar pol culo, amigo. Y, ojo, desde’l cariño te lo digo.
-El país a pique, los catalanes marchan, los peluqueros no despachan…
-Hala, Nardo.
-¡Tamos arreglaos!
-Nun merez la pena vivir amargau, Nardín. Y ye injusto que m’amargues a mí.
-¡Tamos rodeaos de sinvergüenzas, de traidores!
-Lo siento, amigu. Ye un tema de sanación.
-¡Radical, traidor!
-Pueo hacer que te corto el pelo aunque seas calvu, pueo nun cobrate na y date conversación, pero dejar que m’amargues la vida no.
-¡Traidor! Yo…
-¡Ya no, Nardo! S’acabó.
