Distracciones de estío
-¿Qué ho?
-¿Eh?
-¿Tas abriendo sucursales?
-¿Yo?
-A ver si cae algo, ¿no?
-¿Quiés un helao?
-¡Cínicu, asquerosu!
-¿Pero qué dices, Placeres?
-¡Anda, tira pa casa, zamarro!
-Pera ho, que toi pidiendo…
-¡Que te parta la cara, eso ye lo que tas pidiendo a gritos!
-Pero Place… Placeres…
-¡En cuanto me doi la vuelta tiras-y el picao a la primera que…!
-Taba pidiendo un cucuruchu, vida.
-Tas tú buen cucuruchu.
-¡Vaya ho!
-¿Qué piensas, que me chupo el deu? ¡Tú engañas por inercia!
-¿Cómo ye ho?
-Engañar por engañar. Ye la tu forma de actuar.
-Pero si nun taba haciendo na.
-Nun dices una verdá ni aunque te maten.
-Pero vamos a ver…
-¡Reconoz les coses, joder!
-¿El qué?
-Que tas más saliu que’l picu una mesa. Lo tuyo ye enfermizo, Velino.
-Calorón, eh.
-No me cambies de conversación.
-Menudu chou tas montando. Hala, a dar que hablar.
-La culpa ye tuya.
-¿Por?
-Sólo sabes, engañar, engatusar…
-¡Cagonrós, qué culpa tengo yo de ser tan seductor!
-¡Calla, zamarro! ¿Y el pacto?
-¿El qué ho?
-La exclusividad, Velino.
-¿Pero qué dices, Placeres? ¿Nun toi saliendo contigo?
-Ya, pero cuando me descuido un minutín…
-¿Qué ye, que nun pueo ni hablar con la heladera?
-Babosón yes, fíu.
-¡Pero pregunta-y a la chavala! ¿Qué tien de malo…?
-Infidelidad emocional.
-¿Qué qué ho?
-Las reglas son las reglas, Velinín. Yo nun pueo vivir así.
-¿Cómo?
-Con esta de pérdida de confianza nun llegamos ni a las piragüas.
-¡Relájate ho! ¿Qué culpa tengo yo?
-Yes una estafa, Velino.
-¿Yo?
-Sí. Una estafa afectiva, ¿qué quies que te diga?
-¿Quiés un heladín de cucurucho?
-Así, duramos dos días, como mucho.