
Bombillas de no pensar.
-¡Camina, ho!
-Espera.
-¿Qué ye? ¿Qué pienses?
-Les últimes veces.
-¿Que qué, ho?
-Toles coses que ficiste hoi por última vez.
-¿Qué dices? ¡Yo qué sé!
-Ni lo sabes, ni lo pués saber.
-¿Qué?
-Les últimas veces solo somos conscientes de que lo son cuando ya pasaron.
-¿Tas mamau, Roberto?
-Nada ye pa siempre. Pero nun te das cuenta hasta que lo pierdes.
-Jobar…
-Dejas de ser un guaje cuando ves que lo que forma parte de tu realidá cotidiana acabase.
-Oye, ho…
-Que nun vas pasar más tiempu con tu güelu, que cierra la tiendina de la esquina, que marcha la xente del tu pueblu…
-¡Camina, Roberto, nun te pongas estupendu!
-Vivimos diciendo adiós, Josinacio, y no lo sabemos.
-¿Quiés amargame la semana, ho?
-Les persones, por ejemplo. Piénsalo.
-¿El qué?
-Conocemos a les personas por les últimes veces que les vemos.
-Jobar, chaval…
-Unes, porque faen falta cuando se nos fueron. Y otres porque se alejan cuando…
-¡Camina, Robertín, no me comas el tarro!
-Les primeres veces tienen mejor reputación que les últimes. ¿Sabes por qué?
-¡Puf! ¡Yo qué sé!
-Nos acercan a la vida y no a la muerte.
-¡Mecagonla…!
-Sí, tío. Por eso lo peta la industria de las primeras experiencias. Hasta funciona pa justificar el curro precario y los sueldos de mierda.
-¿Y to eso te vien a la cabeza mirando la iluminación navideña?
-Bueno, tamién pienso en Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
-¿Por?
-Bésame como si fuera la última vez, susurraban. Quizá la vida consista en eso.
-¿En qué, ho?
-En besar, abrazar, acariciar, reír, respirar como si no hubiera un mañana.
-¡Anda, deja de flipar con les luces de colores!
-Les últimas veces llegan sin avisar, Josinacio.
-¿Y qué? ¿Vas quedate ahí empantallau? ¿Qué coño ves en eses bombilles?
-Sillas vacías, abrazos con desgana, regalos aplazados, broncas por pijadas…
-¡Jobar!
-Éramos felices y no lo sabíamos.
-¡Jobar, chaval..!
-Perdona, tío. Perdona. Venga, vaaaaaaa… ¡Feliz Navidá!
-¿Feliz? No sé ni qué facer ya.
-Tu como los demás.
-¿Qué?
-Mira escaparates y trata de… no pensar.