-Nun quiero morir, fíos.
-Pero, pá, ¡¡¡si nun tienes ná!!!
-Digitalmente, me refiero.
-¿Que qué ho?
-A ti, Mariconchi, déjote un rancho, las vacas, los tractores y la granja…
-¿Pero ónde tienes eso?
-En Farmville.
-¿Ónde ho?
-Nel mi feisbu, coño. Ahí ta la contraseña.
-¡Ay madre!
-A ti, Isidrín, voi date acceso a Pinterest y Linkedin…
-Pero pá…
-Y tu,Xicu, has de cuidar la pila fotos de mi instagram, ¿oíste?
-Pero pá, yo…
-Sí, fíos, pa mí tamién ye jodío dejar tantos miles de amigos.
-¿Miles?
-¡Puf! Entre toles redes sociales 15 mil me salen, tirando por bajo.
-Pero si tas como un roble, pá.
-Aquí tenéis mis bienes “on line”, disfrutailos mientras podáis.
-¿Qué ye, que chiflaste con el cambiu de hora?
-Ye tolo que tengo, fios.
-Flipo.
-La herencia virtual, ye lo único que vos pueo dejar.
-¿Pero ésto a qué vien?
-Así nun pagáis el impuestu de sucesiones.
-Ya.
-Por lo menos, de momento. Porque con estos nunca se sabe.
-¡Ay madre! Pero…
-Al cielo nun sé si llego, pero en la nube voi quedar fijo.
-Jobar…
-Y vosostros sois los encargaos de salvaguardar mi huella digital.
-Vaya puntazu que te dio, papá.
-Así que no me andar faciendo el pijo con emoticonos, poniendo me gusta a gente chunga, ni puteando a los grupos de guasap.
-¿Puteando?
-Sí, Mariconchi, sí. Hai gente mui mal tomá.
-Meca.
-Siento abandonar el mundo de los vivos en esta puta llocura 2.0 donde too son envidies, insultos, fanatismos y faltosaes.
-¡Ay madre!
-Pero ye lo que hai. Y pa encima, entre redes y buscaores, tamos condenaos a la vida eterna.
-¡Hala, ya valió, pá! ¡Si nun tienes na!
-¿Cómo que no? ¿Cuánto fai que murió Isaac?
-Enterrose va dos meses.
-Pues twitter acaba de recomendame que lu siga.
-¿Y qué ho?
-¡Coño,Mari! Si twitter me lo manda, ¡yo voi detrás!
-¡Ay mi madre…!
-Solo pido salú pa los míos y buena muerte digital.