Los estragos del videoarbitraje.
-Pero Ramón…
-Perdona.
-¿Qué?
-Chisttt… Calla a ver. ¡Taba en línea!
-¿Que qué ho?
-Yo taba en línea con lo que tu pensabes, así que na.
-¿Cómo que na?
-Nun cantes victoria y deja de celebrar.
-¿Pero qué coño dices, Ramón?
-¡Que la jugada queda anulá!
-¿Que qué ho?
-Admítelo, Pili, fue un error. Toos cometemos errores…
-¿Con quién hables, mamón?
-¡Chisst, respétame, Pilar, que te juegues la expulsión!
-¿Pero qué dices ho?
-¡Qué valio, Pili, valió! Hai que rearbitrar nuestra relación.
-¡Ay madre…!
-Si lo hubiéramos fecho haz años, si hubiéramos dao marcha atrás…
-¡Ah! ¿Y de quién fue la culpa, eh?
-Yo taba a pierna cambiá, vi espacio, empecé a penetrar…
-¡Por favor, Ramón, por favor!
-Tamos a tiempu, Pilina, de salvar lo nuestro.
-¡Sí ho!
-Ye cuestión de ver les coses como son.
-¡Sí ho!
-Parase un poco y rectificar. Si aquella noche hubiera habido VAR…
-Pero si taba lleno de bares, mamón, digo Ramón.
-Si llega a existir el videoarbitraje nun me caso de penalty.
-¡Tas como una cabra, nun sé ni cómo me fijé en ti!
-Tenía la ilusión de un juvenil, nun rascaba bola y cuando te vi…
-Díjete: me haces falta. Y tu: ¿Qué falta? ¡Si no te toqué! ¡No te toquéeeee!
-Pili, yo…
-¡Puto fútbol! ¡Siempre tuviste obsesionau!
-Yo quiérote, Pilina, pero nun reconoces les coses, yes mui necia.
-Tienes la cabeza llena mierda.
-Pili, tas jugándote la tarjeta…
-Nun se pué hablar contigo, Ramón, en vez de cabeza tienes un balón.
-El pinganillo, Pilina, ye nuestra única posibilidá.
-¿Qué dirás?
-Siempre que discutimos dícesme que toi fuera juegu, ¡pero toi en línea!
-¿En qué ho?
-En línea contigo, vida, por un matiz nun me pués penalizar. ¿Entiéndeslo o no?
-¡Ay la madre que te parió!
-El reglamento, Pilar, ye lo que hai que aplicar.
-¡Ovella!
-Tas jugándote la tarjeta…
-¡Y tu tas mal de la cabeza!
-Calla a ver, que consulto al asistente.
-¡¡¡Ag, puto fútbol!!! Así ta la gente…