-¿Entós ya tamos saliendo?
-¿Eh?
-Que si ya ye oficial que tú y yo salimos juntos, me refiero.
-Claro.
-¡Pues voi actualizar el mi estado nel feisbu!
-Ah. Genial.
-¡¡¡Oh!!! ¡¡¡Espera, Quintín!!!
-¿Qué ye, ho?
-¿Tienes cargador?
-No, Ainara, aquí no. Pero podemos dir a esi bar.
-¡Qué va, yo no me meto onde no me llaman!
-¿Qué dices, Ainara?
-Nun hai cobertura, Quintín. Y si entro en un sitiu onde nun hai cobertura, toi metiéndome onde no me llaman. ¿Entiéndeslo o no?
-Claro, amor.
-Mierda. ¡Tengo que volver a casa!
-Pero, escucha… Ainara…
-Nun pueo, Quintín. ¡Mi móvil se apaga! ¡Oh Dios…!
-Escucha, ho…
-¡Puta vida!
-Nun me dejes, Ainara. ¡Tengo miedo a perdete!
-¿A mí, ho? ¡Ni que fuera un smartphone!
-Escucha, cielo, podemos intentalo.
-¿¿¿Qué???
-Media hora así, a lo loco, ilocalizables, sin guasap, ni redes sociales…
-¿Media hora? ¿Cómo yes tan cruel? ¡No tienes sentimientos!
-Sí los tengo, sí. ¡Tú tírame el móvil y verás como lloro!
-¡Oh, Quintín!
-¿Qué podemos facer, ho?
-Voi corriendo al bus, luego al tren, pillo el Samsung que quedó cargando, actualizo el estao de feisbu, miro si me ficieron algún retuit y…
-¿Y yo?
-Aprovecha pa cortar el pelo y esa barba, que paeces Papá Noel.
-Ainara, haz quince días que me afeité.
-No jodas.
-Debería haber puesto tu móvil en mi frente pa que me mires de vez en cuando.
-¡Qué fuerte, Quintín! ¿Y por qué me faes esto a mí?
-¿El qué, ho?
-¿Por qué te afeitas y no cambias tu foto de perfil?
-Coño, Ainara…
-¿Con quién toi saliendo yo? ¿Con quién, Quintín?
-Conmigo, vida.
-Antes molabas. A mi quien me gusta ye Quintín, el de tu foto de perfil.
-A ver, ho. Que la barba vuelve a salir…
-¿Paezte bonito dejame así, hundida, tando casi sin batería?
-¿Podemos hablar, ho?
-Eso era antes, Quintín. Ahora se liga con un teléfono caru, antes con una buena conversación.
-Oye, Ainara… ¡Maldita tecnología!
-Acabose. Quintín.
-¿Y ahora qué fago yo?
-Nada. Nun fagas nada.
-Pero…
-El estado del feisbu que quede como taba.