Reacción química en quince días.
-¿Explicar? ¿Qué me tienes que explicar?
-El enamoramientu ye un programa.
-¿En qué canal?
-En mi cerebro, Hilario.
-¿Cómo ye, ho?
-Una especie de demencia temporal, tío. Y a mí… pasome ya.
-¡Pero si llevamos quince días!
-Ya. Pero ye un procesu químicu, una acción cerebral.
-¿Qué me tas contando, Tere?
-Que ya no siento esa reacción química del amor pasional.
-¿Que química ni que mi madre?
-Tengo un desencanto aquí, en el cerebro…
-¡Y dale! ¿Pero en serio?
-Sí. y tá bajándome la dopamina de manera brutal.
-¿La qué, ho?
-Por no hablar de la oxitocina, la vasopresina… Bueno, y la Diamantina.
-¡Lo de Diamantina fue una pijada!
-Ya, ya.
-Una cana al aire, Tere, tampoco ye pa enfadase.
-¡Home vaaaa!
-¿Pero cómo te pués desenamorar?
-¡Quince días juntos, y me traicionaste ya!
-No significó ná, Tere. Fue un lapsus, una pijá… ¿Enfadástete de verdá?
-¿Qué ye, que nun leíste el guasap?
-”Ojos de sapu, pates de cabra, cara de gochu…” Pensé que yera un hechizu.
-No, Hilario, no. ¡Ye una descripción!
-¿Así me ves, ho?
-Talmente.
-Hai que jodese con el desamor.
-Ye lo que hai, Hilario. Pensé que yeras el home de mi vida y nun me duraste ni quince días.
-Tas precipitándote, fíjate lo que te digo.
-Que no, dígotelo yo.
-¡Voi morrer de amor!
-Sí, ho…
-Dame una semana, Tere, por favor.
-¿Una semana?
-Sí. Llega Halloween y yo en Halloween gano mucho.
-¿Qué ye, que curras de camarero?
-No, pero tengo una máscara de zombi sangrientu que me favorez mogollón.
-¡Qué horror!
-¿Por?
-¿Volverás convertidu en zombi?
-Depende, no sé…
-¿De qué, ho?
-Si me cuesta levantáme de la cama, imagínate de la tumba…
-¡Hilario, tas como un cencerru!
-¿Paezte?
-Sí. ¡Nun sé cómo me pudo engañar tanto el cerebro!
-Fueron quince días tan guapos, tan intensos…
-¡El procesu químicu y la madre que lu parió!
-Tere, yo…
-¡Anda, y que te aguante Diamantina!
-Escucha, ho.
-¡Ai, qué pinina fui, qué pinina!