
Oleada de divorcios después del confinamiento.
-Patri, quiero el divorcio.
-Y yo.
-Ah, ¿sí? ¡Qué bajón!
-¿Por?
-Coño, ahora qu’empezamos a tar d’acuerdo…
-Qué oveya yes, Nicanor. No sé ni cómo llegamos a la fase 2.
-Uf. Paciencia tuve, que si no…
-¡Pues anda que yo…!
-Y eso que decían que de la pandemia salíamos más fuertes.
-¡Salir salimos como motos! ¡Tu a Turón y yo a La Corredoria!
-¿La casa ponemosla en venta?
-O dividímosla en dos partes. Pa mi la de dentro y pa ti la de fuera.
-Sí, ho. Mañana voi al abogau, guapín.
-¡71 días, dizse pronto, eh!
-¡Uf, mucho aguanté! Tanto calentame la oreya con “Resistiré”…
-¿Y tu? tantu telediario, tanto toseme a lo zorro, tanto protestar por todo…
-Con lo bien que pintaba lo del encierru, eh.
-Ya. Sin contacto, sin besar, distancia de seguridá…
-O sea, vida normal. Depués de veinte años casaos… vida normal.
-Sí. Pero tantes hores de convivencia…
-Uf. Eso acaba con cualquiera. ¡Y mira que tuvimos crisis por tu culpa!
-¿Por mi culpa de qué, ho?
-Home, aquella vez que volví de viaje y vos topé nesti mismu sofá…
-¡Culpa tuya! Por llegar dos días antes, sin avisar…
-Llámame raru, Patri, pero nun soporto terceres persones…
-¡Pues, fíjate lo que te digo, ojalá les hubiera habido!
-¿Aquí? ¿Nel confinamientu?
-Sí, Nicanor, sí. ¡Taríamos más entreteníos!
-Mira, no te deseo el mal, Patricia.
-Ni yo a ti, Nicanor.
-Pero ojalá te de un ataque de tos en días de diarrea.
-¡Vaya, ho! Así me gusta, sin rencor.
-¿Sabes lo que más me fastidia?
-La dichosa mascarilla.
-No. Haber limpiao los armarios de la cocina por dentro.
-¿Por? ¡Coime, algo había que facer!
-¿Qué necesidá, muyer? ¡Pa mí hubo un antes y un después!
-¡Uf! 71 días tirándonos los platos a la cabeza.
-Garraste puntería.
-¿Yo?
-Sí, vida, les coses como son.
-Bueno, acabose, dejamos de reínos juntos y tócanos garrar caminos separaos.
-Volver a Turón, empezar de nuevo…
-Reinventame na Corredoria, volver a comprar jabón y gel de manos…
-¿Dámonos un tiempu?
-¿Pa qué?
-No sé, igual en fase 3…
-Na. Nun pongas puntos suspensivos onde’l amor puso punto final.
-¡¡¡Limpiar los armarios por dentro, homenomejodas, qué necesidá!!!