Soltería voluntaria.
-¿Paisano cebolla?
-Sí, Sindo. Yo véote así.
-¿Por?
-Tienes tantes capes que ye imposible llegar a conocete.
-¿Capes? ¿Yo?
-Sí, yes incapaz de comprometete en una relación.
-Ye lo que hai, Maricarmen.
-¿Y lo que siento yo por ti?
-¡Y yo por ti, ho!
-¿Entós? ¿Por qué no…?
-Yo soy un “single”, ¿Oíste?
-¿Qué yes qué, ho?
-La mi soltería ye voluntaria, Mari. Toi bien así.
-Sí, ho. Tol día encerrau en casa viendo películas goches por Interné.
-¡Vaya ho! Ya tamos atacando a los cinéfilos.
-¿Qué qué ho?
-Si me gustara el thriller o la ciencia-ficción, no pasaría ná ¿No?
-Escucha, Sindo, el matrimonio…
-Ye la principal causa del divorcio.
-¡Vaya ho! Tú tienes algún as en la manga.
-¿Yo? Mira, Maricarmen, ¡si no tengo ni mangues!
-Pero lo nuestro entós…
-Pa mi hay una palabra clave en una relación.
-¿Querese?
-No, ¡Espacio!
-¿Qué me quies decir, Sindín?
-¡Coño, Mari, que aquí nun cabemos los dos!
-Ye lo de menos.
-Mira la tu prima. Casose, cagose.
-¡Vaya ho!
-Hay que calcular muches coses.
-Pero Sindo, no seas burro. Guarda las hojas de Excel pa’l curro.
-¿Qué ho?
-Déjate llevar por les emociones.
-¡Eso hago! Carpe Diem, Maricarmen.
-¿Qué qué ho?
-Vienes cuando quieras, tomamos algo, restregámonos un poco…
-Pero Sindo…
-Lo que ye un follamigo ¿Sabes cómo te digo?
-Oye, tío, yo tengo un calendario vital.
-¿Qué tienes qué, ho?
-Y un reloj biológico.
-¡Cagonrrós, tienes de tóo!
-Tú no me quies.
-¡Que sí ho!
-¿Por qué yes tan alérgicu al compromisu?
-Oye, cada unu en su casina y de vez en cuando…
-¡Ay, Sindo, tú me tas utilizando!
-¡Y tú a mí!
-Mmmm… Tamién ye verdá. ¿Pero por qué nun te quies casar?
-¿Otra vez ho?
-Sindo, yo…
-¡Que soy un single, Maricarmen. ¡Un single, cagonrrós!