-Venga, desátame, Conchitina.
-Chissst… Déjate llevar…
-¿Pero no me dijiste que íbamos a Pirineos?
-No, ¡al perineo!
-¿Qué ho?
-Díjete que iría al perineo. Y ahora sigo hasta las axilas…
-¡Ay, para, jajaja! ¡Para con esa pluma, ho!
-Calla, coño, que toy experimentando con el tickling.
-¿El qué, ho?
-El arte de les cosquilles erótiques.
-¡Para, jajaja!
-¿A que tas cachondu?
-¡Para, jajaja!
-¿Ves? ¿Pa qué vas dir a conocer Francia si no conoces tu cuerpo?
-¿Quies parar con la plumina?
-No. Voy andate por la parte posterior de les oreyes…
-¡Jajaja, para ho!
-…Y depués lo que ye la base del cuello…
-¡Cagontal, vaya vacaciones!
-Turismo interior, Ricardo. No hay perres pa más.
-¡Pero yo quería salir fuera a refrescar!
-Les cosquilles son una fuente de placer.
-¡Ay, para, jajaja!
-¿Ves qué risa?, ¿a que no te acuerdes de la crisis?
-¡Voy acordame de tu pa… Para, ho!
-Una semanina por delante pa descubrir lugares recónditos…
-¡Cagonmimacho, después de vieyos…!
-…Pa salir a alternar por la zona lumbar…
-¡Tas varilla, dígotelo en serio!
-¿Por qué, ho?
-¡Toy garrando frío!
-¡Entrégate al erotismo de la prejubilación!
-¡Ay la madre que… jajaja!
-¿Ves? Reír ye sanísimo, produz bienestar.
-¿Quies parar?
-No. ¿Doite unos azotes?
-Tú pinta el pijo, verás.
-¿Qué te pinte qué?
-¡Para quieta, Concha, que era una forma de hablar!
-Dime les tus fantasíes, ¡no te cortes, ho!
-¡Tira esa pluma, haz el favor!
-¿Pásote un pincelín con chocolate.
-¡Ay, jajaja!
-¿Acaríciote con un kiwi?
-¡Para, paraaaa, jajaja!