
Cuarentena, día 25.
-Tarde o temprano tenía que pasar…
-¿El qué, ho?
-Confinamientu y primavera… ¡Uf!
-¿Uf qué?
-Toi en Tinder, Ricardo.
-¡Meca! ¿Y la tu muyer?
-¡En la salita!
-Pero… Pero… Pero…
-¡¡¡Chissst!!! Nun sabe na.
-¿Cómo faes eso, Velino?
-No sé. Por enredar…
-¡Flipo! Con la que ta cayendo…
-Abúrrome, Richi. Sientome solu.
-¡Pero si sois cinco en casa!
-Con esti telar… Apetezme charrar.
-¡Cinco, y la perra!
-Con otres persones, me refiero.
-Charrar, eh. ¿Ahora llámase así, ho?
-Ye por alimentar la imaginación, no sé, ¿nunca te pasó?
-¡Yo toi solteru, Velino! Pero tú…
-Suni y yo ya no nos entendemos. Riñome por dibujar un diablu en la cisterna.
-¿Qué? ¿Por qué lo ficiste?
-Entendí: pon algo demoniaco pa limpiar el bañu.
-¡Amoniaco, Velino! Algo de amoniaco…
-Ya, coño, dime cuenta luego. ¡Puf! Toi descentrau. Son muchos días. Y con la prórroga…
-Velino, ¡yes infiel!
-De pensamientu, namás.
-Sí, ho…
-Nun quedo con nadie. Coqueteo, namás. ¿Con quién voi quedar?
-En medio de una pandemia, ponete a perrear…
-Dame morbo, Richi. ¿Qué quies que faga?
-Cuida de tu familia, Velino, de tus vecinos…
-¡Ja! Si tuvieras, como yo, un discjockey nel barrio…
-Lo mío ye peor: tengo un vecín con taladru.
-¿Pero nunca te pasó? ¿Nunca entraste en una app de ligoteo a buscar conversación?
-A ver, Velino, ¿por qué crees que me mudé y me puse guapu?
-Puf… ¡Qué sé yo!
-¡Pa facer videollamadas picantes!
-¿Tú? ¿En serio? O sea, que tú…
-Sí, ho. Ahora, perfúmome y too.
-¿Pero echaste moza, ho?
-Toi conociendo a un llagareru, ay, qué sé yo…
-¿Un llagareru?
-Sí. Liámonos charrando de la sidra de nueva expresión y…
-¿Y qué, ho?
-Acabamos en gayumbos los dos.
-¿Pero qué me tas contando, Richi? ¿Qué me tas contando?
-¿Qué pasa? Ta prohibio salir de casa, pero del armario no dijeron nada.
-¿El armario? ¿Qué pasó, Richi? ¿Qué pasó?
-Na, ho. Que metí la ropa d’invierno y acabé saliendo yo.