
Somero retrato del “foriatu faltosu”.
-¿Insonorizar el gallineru?
-Hombre, qué menos.
-Pero, oiga…
-No hemos venido aquí a madrugar por culpa de sus gallos.
-¿A qué vinieron, ho?
-A descansar, se supone, en plena naturaleza.
-¡Coime, pues bien que dan la turra hasta les tantes con el puñeteru reguetón!
-Y menos mal.
-¿Cómo ye, ho?
-Traemos algo de musiquilla para darle ambientillo al pueblo, porque entre los tractores, las vacas mugiendo, los burros rebuznando, y los perros del vecino…
-¿Qué?
-¡Un horror tanto ruido! Encima, las vacas con eso que llevan al cuello…
-Meeee. Vosotros, fíu, sí que táis como un cencerru.
-¿Cómo dice?
-Nada, nada. Hala, suban si quieren, a echar un pigazu.
-¿No podría usted prohibir los cortacésped a la hora de la siesta?
-¿Qué?
-Bueno, y las campanas, si no es mucho pedir.
-¿Cómo ye, ho?
-Ah. ¡Y el olor! Ese hedor a excremento vacuno…
-¿Tamién les molesta el cucho? ¿Nun queríen contactu cola naturaleza?
-Ya, oiga, pero ni un mísero escaparate, ni un luminoso en la tienda…
-¿Que qué, ho?
-Hemos pedido wifi en el bar y nos han puesto whisky.
-El chigre nun tien interné. ¿Pero ustedes no vinieron a desconectar?
-Hemos venido accidentalmente, la verdad.
-Ah.
-Huyendo de la ola de calor. Horrible, oiga. Horrible.
-¿Por qué, ho?
-Ahora pasamos frío. Y encima, el tiempecito de las narices se ríe de nosotros.
-¿Perdón?
-Este rollito de nubes y claros, ya os vale, majos.
-¿Cómo ye, ho?
-Bajamos a la playa y llega la nube, salimos y despeja, volvemos y llueve, nos vamos y abre. ¡Hombre, por favor, esto es denunciable!
-¿Tengo yo la culpa, ho?
-Y le digo más: la arena de la playa no es como viene en las fotos. Hay piedras, y no se puede llegar con el coche.
-Home, ye un paséu.
-Además, nadie nos dijo que la carretera estaría llena de baches, sin asfaltar.
-Ye que nun ye una carretera, ye un camín vecinal.
-Con caca de la vaca, oiga, que a la niña la hemos tenido que cambiar.
-Pero, vamos ver, ¿ustedes ónde creen que tán?
-Donde pone la web: destino rural.
-Pues disfrútenlo, hombre.
-¿Disfrutar? Mire, usted vaya insonorizando el gallinero, hágame el favor.
-Pero…
-Y una y no más. Tanta naturaleza y tanto fresquito de los cojo…
-¿Perdón?
-El año que viene nos volvemos a Cullera o a Benidorm. Y se acabó.