-¡Chissssssst! Oye, chaval. ¡Eschasti la cuenta mal!
-¿Perdón?
-¡Yo tomé tres cacharros, no una mariscá!
-Está correcto. Mezcla de refresco y bebida blanca…
-¿Cómo ye ho?
-Ya sabe… El alza de la presión fiscal.
-¡Chissst! ¡Ven acá, ven acá!
-Dígame.
-¿Tu tienes algo contra los cubalibres?
-Oiga, hable con Montoro. Yo soi un mandao.
-¡Con esi nun me hablo! Aunque bien pensao… Ven acá.
-Dígame.
-¿Sabes si nel bar del Congreso tamién subieron los cubatas?
-No sé.
-¡Zamarros…! Taben esperando a que palmara Fidel.
-Oiga…
-¡Subilos al día siguiente, home calla, eso ye mala fe!
-¿Qué se va hacer?
-¡¡¡Botellón, ya te lo digo yo!!!
-¿Perdón?
-Lo que se va facer ye más botellón.
-Bueno, hala…
-¿Así quieren recuperar el consumo? ¡Atacando la primera necesidá!
-Los cubatas no son productos de primera necesidá.
-¡Habla por ti,chaval! ¡Yo necesitolos pa olvidar!
-Usté ya tenía que tar en casa. ¿Avisó a su mujer?
-Sí. Ya y-mandé un mensaje: “Llego en treinta minutos”
-¿Y cuanto hace?
-Ye igual, ya ta avisá. Y-mandé otru después: “Si ves que nun llego,lu vuelves a leer.”
-¡¡¡Puf!!! Ande, pague y váyase, haga el favor.
-Pero bueno, chaval, ¿qué te molesto yo?
-Tengo que cerrar.
-Si lo sé tomo el ron solu. Estos refrescos azucaros son lo peor.
-¿Pa la obesidá?
-¡Pa la cartera! Miro la cuenta y veo doble.
-Normal, no paró usté de chumar.
-¡La subida, chaval! ¡Veo doble la subida del cacharru y nun paez normal!
-Tampoco a mí me parece normal tener que aguantarle la brasa. Sabiendo luego lo que le pasa.
-¿A mi?
-Que nos conocemos, eh, y usté ye de vomitar.
-No, señor. ¡Yo soi de Vodafón!
-Encima, el otro día se cayó.
-¿Quién? ¿Yo? ¡¡¡Mentira!!!
-Sí, señor, que le vi yo.
-Nun caí. Abracé al suelu porque el suelu taba triste.
-¿Pero no se da cuenta de que aquí le conocemos todos?
-Prefiero ser borrachu famosu que alcohólicu anónimu.
-Ande, pague y váyase, haga el favor.
-Al final, el déficit con Bruselas arreglámoslu los bebeores como yo.