Roces y cariños.
-Bueno, ¿y ahora?
-Dime.
-Ayudarasme a facer la cama y recoger la…
-Nerea, tía, ye tu habitación.
-¿Qué ye, que no la usamos los dos?
-Bah, por una vez… Y por un ratín…
-Flipo.
-Oye, si tuvieramos en la mía, ¡limpiaríala yo!
-Alucino contigo, Borja, de verdá.
-Cada unu lava su ropa y friega sus platos…
-No me fumes aquí, eh.
-Cada unu tien su armario en la despensa y su balda en la nevera…
-¡Que apagues el pitu, joder!
-¿Ves? ¡Ya empezamos con la neura!
-Me acosté aquí contigo y esto ya ye un espacio compartido.
-Sí ho.
-Así que habrá que cambiar los turnos, guapín.
-Entós, si nos enrollamos en el salón, ¿tengo que limpialu yo?
-Depende de la semana, habría que rehacer…
-¿Qué ho?
-…El croquis de las zonas comunes.
-Nerea, tía, yo no abandoné el hogar familiar pa esto.
-¿Pa qué?
-Parez que ingresé en una escuela militar, tía.
-Oye, riquín, un pisu compartidu no son vacaciones eternas.
-Ya, pero andar con sartenes volando y notinas en el espejo del bañu…
-¿Crees que dejar ordenau el salón ye poner les zapatilles a dormir debajo el sofá?
-Nerea, lo tuyo sí que ye pa flipar.
-Los tíos sois muy gochos, Borja. Ye como si no vierais la suciedad.
-En serio, Nere, ¡tas obsesioná!
-¿Yo? ¿Quién deja la tapa del baño levantada?
-¿Y quién no cierra el champú?
-¡El champú ye mío, tío! O sea, encima que me lo chorizas…
-¡Cuídao, eh, que aquí la única que roba pasta…!
-¿Pasta yo? ¡No te pases, eh!
-¿Qué piensas, que no te veo apretame el tubu de Profiden?
-¡Los güevos te tenía que apretar!
-Esto ye romanticimo y lo demás pijaes.
-Sacas lo peor de mí, Borja.
-Te excito, eh.
-Sí, sí, me pones de una mala hostia…
-Entre inquilinos, Nerea, no podemos pisarnos la manguera.
-Pijadas dices, tío.
-Tú sientes algo por mí, cuquina, y se te está yendo de las manos.
-Lo que no puedes, Borja, ye dejar los cacharros en el fregaderu dos días sin lavar.
-Quiero ayudate a descubrir tus sentimientos y…
-Molaría que descubrieras a Fairy.
-¿A quién ho?
-¿Quién me mandaría enrollame con…?
-¡No disimules, te lo pasaste genial! ¡Qué cosas me decías, tía!
-¡Eran marcas de detergente, oveya! Repasaba mentalmente…
-Pero…
-Bueno, hala. Ya rompimos la tensión sexual. Ahora…
-¿Qué ho?
-¡A rehacer los turnos pa fregar! ¡Y apaga el pitu!
-¡Pero, tía! ¿Esto no era una noche de amor?
-¿No ves que ye de día? ¡Ni siquiera oscureció!