-¡Urbano! Tenemos que hablar.
-¿Por qué saques los peluches del armario, má?
-¡Salieron ellos solos, fíu! ¡Ellos solinos!
-¿Eh?
-Hai que jodese, treinta y picu años después..
-¿Pero qué ye?
-Claro, por eso discutían tanto.
-¿Eh?
-Eran pareja, coño, ¡taba claro!
-¡Ya lo desmintieron, mamá! Los muñecos no tienen orientación sexual.
-Sí, ho. ¡Vas saber tú más que los guionistas! ¡No te fastidia!
-Compartían pisu, má, eran amigos.
-¡Follamigos, Urbano, que ya tienes edá pa que hablemos claro!
-Pero…
-¿Por qué crees que Epi aguantaba a Blas? ¡Debía ser mui buenu en la cama!
-¡¡¡Mamá, por favor!!!
-Perdoname, hijo. Lo siento mucho, yo…
-¿A ti? ¿Qué tengo que perdonar?
-Fui una madre ausente, Urbanín. Dejete solu en pleno barrio chino.
-”Barrio Sésamo”, mamá.
-¡Bueno, como se llame! ¡Ye igual! Siempre sospeché que Peggy y Gustavo taban liaos pero el trasiegu d’estos dos. ¡Qué tonta fui!
-¿Qué trasiegu, ho?
-Ahora toi arriba y él debajo, ahora dentro y afuera, por delante y por detrás…
-¡¡¡Se te va la pinza, mamá!!! ¡Se te va!
-Luego a dormir en camas separadas, claro, pa disimular. ¡Sinvergüenzas!
-¿Por qué?
-Destrozaron tu infancia, Urbano. ¡Mírate! ¡Así tas tú!
-¿Cómo?
-¡Vas cumplir 44 años y sin pareja estable!
-¡Tienes tu 68 y tás separá!
-Ya, pero lo tuyo no ye normal.
-¿Por?
-Tas tol día pegau al tu amigu Baltasar. Balta p’aquí, Balta p’allá…
-¿Y qué, mamá?
-Confiesa, Urbano. Esos peluches tantos años nel armario…
-No soy gay, mamá.
-Igual tovía no lo sabes, amor, que tu yes mui lentu pa too.
-Si lo fuera, decíatelo. Pero la verdá ye…
-¡Qué ilusa fui! ¡Y yo temiendo que te asustara el monstruo de las galletas!
-Mamá…
-Oye, ¿Y de Oliver y Benji se sabe algo?
-¿Que qué, ho?
-Claro, como son futbolistas nadie diz na. ¿Creen que ye tonta la gente, que no distingue un VAR d’ambiente?
-¡Se te va mucho la pinza, de verdá!
-Qué asco de vida, ¡ye too mentira! Ni la Transición fue modélica ni Supercoco era un machote.
-¿Qué dirás?
-Urbano, tenemos que hablar.
-No pienso entrar en la vida privada de las marionetas, mamá.
-¡Ay fíu, necesito recuperar esa infancia que no tuve contigo! Tráete a Baltasar a casa y hablamos de “Los Fruitis”, en serio te lo digo.
-¡Mamá, flipo contigo!