El síndrome del niño hiperregalado.
-¡Mira, Mari! ¡Mira p’ahí ho!
-¡Ay madre! Ta Jugando con el envoltorio y ni mira pa los juguetes.
-¿Ves? ¡Díjetelo yo! ¡Ye igual que’l nuestru gatín!
-¿Qué, ho?
-¡Ta saturau! Con tantu regalu perdió la ilusión.
-Bueno, pero…
-Pasámonos cuatro pueblos, Mari. Regalamos mucho más de lo necesario.
-Bah.
-Más de lo que podemos pagar…
-Ya.
-Y más de lo que la emotividá d’un chiquillo pué aceptar.
-Bueno, Jesusmari, tampoco te pongas estupendu…
-Dígotelo en serio, vida: ¡Esti guaje tién el síndrome!
-¿El qué, ho?
-El «síndrome del niño hiperregalau».
-Uy, fíu, cuando te pones finolis…
-¡Ta refalfiau! ¿No lu ves? Ni aprecia los regalos, ni mira pa ellos.
-Bah.
-¡Ta jugando con el envoltorio, Marisa! ¡Nun tién ilusión, y eso no ye lo peor!
-¿Por?
-Lo malo ye que se vuelva caprichosu, egoísta, consumista y…
-¿El guaje, ho?
-Sí, Mari, sí. Ya verás de mayor…
-¿Qué?
-Tamos acostumbrandolu fatal, dinamitando su tolerancia a la frustración.
-¡¡¡Ay calla, Jesusmari, por favor!!!
-Nun fuimos quién a poner límites, Marisina.
-Son nenos, bobu.
-Menos ye más, díjetelo yo.
-Ya, pero…
-¿Díjetelo o no?
-…Juntose lo de la güela, con lo de Papá Noel, los Reyes en casa de los tíos, aquí, la tu prima, lo que pidió a la otra tía, los otros güelos, la vecina…
-¡¡¡Ta refalfiau!!!
-A ver, Josema, él pidió muches coses en la carta. Sin embargo, el mayor…
-¡¡¡Peor!!!
-¿Por? ¡Ay madre! Yo no leí la carta del críu mayor.
-¿Cómo la vas a leer si la rompí yo?
-¿Por? ¿Qué nos pidió?
-¡Tabaco rubio y un sacu de maría!
-¿Que qué, ho? ¿Pero a quién coño y-mandó esta carta?
-¡A los camellos directamente! ¡Él diz que pasa de los reyes!
-¡Puf! ¡Tamos guapos!
-¿Ves? ¿Ves lo que te digo? ¡Nun y-os podemos facer casu!
-Bah. Son nenos, bobu.
-El mayor ya tién 17años, Mari, y a esti, con 9, tamos malcriándolu. Nun tién ilusión por ná.
-Bah.
-La culpa ye nuestra: tanto regalar y lo que más y-presta ye…
-¡La caja y el envoltorio! ¡Mira p’allá!
