-¿Qué ye lo que te pasa, ho?
-No sé, pero ya tamos a mediaos de setiembre, algo habrá qué facer.
-¿El qué?
-Retomar cosas, cambialo too, empezar algo, no sé…
-¿Ya tamos?
-¿Qué toi faciendo con mi vida, Luis Miguel?
-¡Meca, la misma zozobra de tolos años!
-No sé si empezar con la flauta travesera o apuntame a body pump.
-¡Puf!
-No sé si viajar en largo recorrido o fortalecer mi tren inferior. No sé si…
-¿Quiés callar, ho?
-…Reforzar los grupos musculares o seguir a alguna banda de rock.
-Relájate, Isolina. ¡Haz el favor!
-¿Que me relaje? ¿Cuánto haz que nun tenemos sexo?
-Desde que tenemos wifi.
-¿Y a ti paezte normal? En la cama mires más pal móvil que pa mi.
-Tampoco ye así.
-¿Cómo que no? Si ni siquiera sabes lo que me gusta.
-Selo perfectamente, porque te sigo en feisbu.
-Yes incapaz de intuir lo que siento por dentro.
-Sería antes, muyer.
-¿Antes de qué?
-Ta mal que yo lo diga, pero ya controlo cuando te vas a correr.
-¿En serio? ¿Por los gestos, por los jadeos…?
-No, porque veote poner el chándal y los playeros.
-¡Ag, qué finu yes, Luis Miguel!
-Son muchos años, Isolina. Vesme aquí con el Candy Crush pero sabes que soi un románticu de flipar.
-Lo que sé ye que tando contigo nun me va pasar ná.
-¿Por qué te sientes protegida?
-No. Porque me aburro, Luismi. ¡¡¡Me aburro!!!
-Jobar. Probe… Nun sabes ónde te vas a estrellar.
-La rutina ye mui dañina.
-¿Quién, ho?
-La rutina, Luismi, ¡la rutina!
-¿Quiés que mañana de noche hagamos algo diferente?
-Vale. Planchas tu mientras yo veo la tele.
-¡Jobar!
-¿Qué?
-Si empezamos así, en plan radical…
-Luis Miguel, tenemos que hablar.
-Mañana, cuando llegue a casa.
-Pero si tardas mil hores en llegar…
-Pues mándame un guasap.
-¡Voi mandate pero a la…! ¿Qué ye, que no me deseas ná?
-Sí, ho. Te deseo buenas noches.
-Ay, bobín. Nun sabes lo que tienes.
-Sueñu. Lo que tengo ye sueñu, Isolina.
-Pues descansa, fíu. Que va acabase pronto esta rutina.