–Pues yo véote como siempre.
-Sí, ho.
-Treinta años viniendo a la misma playa y tas como el primer día.
-Ya, ya. Ojalá too en la vida fuera tan fácil como engordar.
-Mucho son gases, ¿oíste? Ye normal.
-De guajes hinchábamos los nuestros flotadores, ahora los de los fíos…
-Sí, ya ves: los fíos nuestros, los de la muyer, los del ligue, los de la ex…
-Habiendo pulmones… ¿Qué quiés?
-La vida ye lo que sucede mientras unu va hinchando…
-Tropezar nun ye malo, lo malo ye encariñase con la piedra.
-Home, el sueñu ideal ye topar una pareja perfecta.
-¡Qué va! ¡El mi sueñu ye comer sin engordar!
-Pues dígotelo en serio, Rogelio, véote como siempre.
-¿En serio?
-Sí. ¡Tas igual!
-No. Los de entonces no somos los mismos, Nicanor, ya no soñamos con la Revolución.
-Ya. ¿Acuérdaste cuando resolvíamos la lucha de clases paseando por la orilla?
-¿Y cuándo liquidamos la guerra fría a hostiazos con la esterilla?
-¿Y acuérdeste cuando te dejé tres mil pesetas pa dir a la verbena de…?
-No. Por eso te digo, ahí quería llegar yo.
-¿Cómo ye, ho?
-Tu ya no yes el que me dejó el dinero y yo ya nun soi el que te lo debía.
-¿Que qué, ho?
-Too fluye, too cambia, Nicanor.
-¿Cómo ye?
-Ni siquiera hai pesetas, ¡nada permanez!
-Hostia, pero…
-No, no, ¡cuidao! Si quiés, consulta a Heráclito.
-¿Qué Heráclito ni qué mi madre? ¡Esti ye un tema entre tu y yo!
-Perdona, será un tema de aquellos dos.
-¿Qué dos, ho?
-Los que, en un momento dao, fuimos tu y yo.
-Pero Rogelio, vamos a ver, ho…
-¿O tu crees que si vamos al Piles y entramos y salimos, nos bañamos dos veces en el mismu río?
-El Piles ye una mierda, pero tres mil pesetas de aquella…
-¡Y dale! ¿No pués entender que la vida ye movimientu?
-No sé qué decite, Rogelio, desde que te metiste en política…
-Ser significa transformase.
-Ah. ¿Y por eso pasaste por tolos partidos?
-Soi un alma libre, Nicanor.
-Siempre quisiste un cargu públicu. Y hasta que no lu tuviste, no paraste.
-Claro. Pero no soi el que yera ayer. Y por más que digas, engordé.
-¿Pues sabes qué?
-¿Qué, ho?
-¡Que sí, engordaste, tás gordu como un cebón! Y voi decite más…
-¿Qué, ho?
-Na, voi callar. ¡Hincha, anda! ¡Hincha, ho! ¡Hincha el flotador!