Caen las hojas del calendario y finiquitan los ligues de verano
-¡Déjame saltar el tornu, Cristian! ¡Quiero acompañate hasta el andén!
-¡Para, Nerea! Por favor… No lo hagas más difícil.
-Un verano tan mágicu, tan…
-¡Adiós, tía! Quédate con las fotos y…
-¡Espera! Tú también te llevas algo de mí.
-¿El after sun?
-No, idiota, ye como un desgarro del alma, un…
-El dolor de la pérdida, tía. ¿Qué quiés que te diga?
-Dime que me amas, aunque sea mentira, dime que…
-¡No te rayes, Nerea! ¡Les coses acabanse! Y punto.
-Dijiste que me amabas en la Semana Grande.
-Sí, tía, pero no taba enamorau de ti.
-¿Cómo ye ho?
-Te convertiste en mi proyecto, Nerea, el objeto de mis actos…
-¿Qué ho?
-…La destinataria de mis sentimientos…
-¡Mira, Cristian, no me toques los cojo…! ¿Amábasme o no?
-No sé, tía. Ocupaste un puestu relevante en mi veraneo, pero…
-¿Y eso no ye amor?
-¡Bah! El amor ye una creación literaria.
-¿Y los besos, les caricies, los regalos…?
-¿Regalos?
-Sí, tío, ¡el mecheru rosa!
-Ah. Era de propaganda, tía.
-¿En serio? ¿Y los globos que me compraste en la Feria Muestras?
-También. Eran de “Cafés Oquendo”.
-¡No jodas! ¿Y aquellos discursos que me susurrabas al oídu?
-No eran míos. Eran de Jovellanos.
-¿De verdá, tío?
-Sí, tía. ¿No te extrañaba que elogiara tanto a Carlos III?
-¡Qué joputa, chaval!
-Lo siento, Nere, tía. ¿Me guardas rencor?
-¡Ojalá que Pitingo versione tu canción favorita!
-Jobar, tía, tampoco seas tan cruel.
-Con lo que yo hice por ti en mes y mediu…
-¿Y yo?, ¿Quién te ayudó cuando al nadar te entró un calambre? ¿Y en el corte de digestión?
-¿Y a ti? ¿Quién te regaló un colirio pa la conjuntivitis? ¿Y la tirita pa las rozaduras?
-¡Oh Dios! Será mejor que afrontemos el duelo.
-¿Duelo? ¿Qué quies, que nos demos de hostias directamente?
-No, tía, que asumamos estos azotes de la vida.
-Ye fácil decilo, carapijo.
-Siempre nos quedará Puente de Los Fierros…
-No, no creo que volvamos a venos.
-Que sí, muyer, ¡en la cola del INEM!
-Ahora que me había aficionao al sexo divertido, a intimar con tu pito vilanova…
-¡Nerea, tía, no seas guarrona!
-Ye verdá, Cristian. ¡Tanta pasión…! Y ahora déjasme fría, xelá.
-Tranqui, tía, que se avecina un otoño caliente.
-Ya. Eso ye lo peor. Pa nosotros…
-Y pal resto de la gente.