–¡Hola, amiguitos cuarentones!
-Como tenemos vuestra misma edad…
-Os hablaremos de tú a tú y…
-¡¡¡Os vamos a regañar!!!
-Sí, porque no habéis entendido nada. ¡Pero nada de nada!
-Sois un desastre, la verdad.
-Os enseñamos a conocer los números…
-Y no hay manera de que los aprendáis a cuadrar.
-Os enseñamos los colores…
-Y os habéis quedado en el gris, qué vulgaridad.
-Os insistimos en los beneficios de comer verdura…
-Y engullís transgénicos sin parar.
-Os enseñamos a diferenciar la izquierda de la derecha…
-Y sois tan capullos que os dejáis engañar.
-Os explicamos en qué consiste arriba y abajo…
-Y unos habéis ascendido pisando cadáveres…
-Y otros sufrís por no subir más.
-Os enseñamos cerca y lejos…
-Y aún andáis sin objetivo para empezar a caminar.
-Os enseñamos lleno y vacío…
-¿Y qué tenéis? ¡Desconcierto y ansiedad!
-Parejas rotas, trenes perdidos, rollito Peter Pan…
-¿Y ahora qué, amiguitos?
-¿Pensáis echarnos la culpa a los demás?
-¿Qué culpa tiene el Monstruo de las Galletas de vuestra obesidad?
-¿Y la pobre Peggy de la carita que tú llevas sin maquillar?
-¡Que la vida iba en serio!
-El mundo no es Barrio Sésamo, tío.
-¡Ve buscando tu lugar!
-Y por muy teleñeco que te sientas…
-Ni Espinete, ni Coco ni la rana Gustavo te vendrán a rescatar.
-Así que, venga, asume cuanto antes tu colesterol…
-Y tu crisis existencial…
-Y ahora, mientras quizá te muerdas las uñas por no poder currar…
-O te matas para ganar 500 euros al mes lejos de tu ciudad…
-Ahora, que te obligan a fumar casi a escondidas en un portal…
-Y te ves tan marioneta como nosotros…
-Y ni siquiera intuyes la mano que llevas detrás…
-Cierra los ojos, evoca tu Nocilla mental…
-Y canta con nosotros, ¡déjate llevar!
-¡Maná-manáaaaa…!
-¡Turutuuururuuuuu…!
-¡Maná-manáaaaa…!
-¡Turuuduuuruuu…!
-¡Maná-manáaaaa! ¿Qué… pasa, Epi? ¿Estás llorando?
-Un poco sólo, Blas.
-¡Estás llorando, tío!
-Será la edad.