El drama estival de los “pagasidras”
-¿Cómo que “superespecial”?
-Sí, Lalín, esta relación ye una pasada, toi encantá.
-¿Por?
-Podemos dormir en la misma cama y que nun pase na.
-¡Porque tú no quies, Maricarmen!
-¡Chissst!, no lo estropees, por favor.
-¡Cagonrós!
-Yes el más guay, el más enrollau, el…
-Sí, pero nunca saldrás conmigo.
-¡Vaya ho! ¿Por qué no te lo quitas de la cabeza?
-¡Porque nun pueo, Maricarmen!
-¿Qué ye, que no descansaste?
-Qué va, tola noche soñando con Toy Story.
-¿Con qué ho?
-¡¡¡Hay un amigo en mí!!! ¡Gonsumadre!
-Vaya. Pues yo dormí como un troncu.
-Intentelo, eh, pero un paisano ye un paisano y…
-Tú no yes como los demás.
-¿Por?
-Yes muy sensible, Lalo, y sabes escuchar.
-¡Un home-objeto! Así me siento.
-¿Qué?
-Un diván, en concreto.
-Bah.
-Voi tener que cobrate, Maricarmen.
-¿Por?
-Esto paez sicoterapia, tía.
-¿No dijiste que teníamos que hablar?
-Sí, pero de lo nuestro, no de lo tuyo con los demás.
-Vaya ho.
-Los otros hacente putaes y vienes a pedime consejo.
-Coime, ¡pa eso yes amigu!
-Sí, pa eso sí, pero pa lo demás…
-Mentalízate, Lalo: entre nosotros, de momento, no hay…
-¿De momento?
-Yes muy buen chaval.
-¿Y?
-A mí me ponen los guarretes y malotes, no lo pueo remediar.
-¡Pues, hala, enróllate con De Guindos!
-Bah, tío…
-Ni tío ni hosties.
-Lalo…
-¿Quién te lleva en coche a la verbena?, ¿quién pagó la sidra?, ¿quién te aguantó la frente mientras vomitabas detrás del bar de la comisión?
-¡Ay, Lalo, haz el favor!
-¿Qué crees, que yo no sufro? ¿tú sabes lo que ye tener tola noche la sangre acumulá en el mismu sitiu?
-¿Qué dices? ¡No seas guarro!
-Encima eso.
-¡Ay Lalo, con lo que yo te quiero!
-Hay que se joder, si no fuera por lo que ye…
-¿Qué?
-¡Hay un amigoooo en mí, hay un amigoooo en mí…!
-Canta, canta, Lalín.