-Un segundo, por favor.
-…
-¿Cómo se siente en esta mágica estación?
-¿Qué ye, ho?
-Bueno… Los pájaros cantan, la sangre reverbera…
-¿Eh?
-La primavera besa la arboleda.
-Ah. Si tú lo dices…
-Ha despertado la rana, el almendro ha florecido…
-Meca, no fastidies.
-¿Se nota usted más cansado?
-Sí. La verdá ye que toy hasta los cojo…
-¿Perdón?
-¡Atchisst!
-¿Qué le aporta esta estación?
-Rinitis, más que nada.
-¿Pero no aprecia que todo tiene otro color?
-Home, claro. Yo toy verde de indignación.
-¿No le encanta la luminosidad en los prados?
-La negrura en los despachos, ye lo que más me jode.
-¿Cómo dice?
-Que sí, que hay mucho pájaro.
-Claro. Y cuando les oye cantar, ¿no se siente en paz?
-No canten, esi ye el problema.
-¿Eh?
-¡Hay que hacelos hablar!
-Fíjese… Las flores estallan en las ramas…
-Sí, ¡como pelotazos! , no me digas más.
-Le noto un poco quemado, ¿no?
-¿Tú qué crees, chavalina?
-¿No tiene usted ansia de animarse y salir en primavera?
-Lo que no tengo son perres.
-¿Le gustaría llenar su casa de flores?
-Por supuesto, y colgarme gladiolos de los co…
-Oiga, no me sea desagradable.
-¿Qué quies que te diga, chavalina?
-Con la primavera viene la canción y el galante amor.
-Y dale.
-¿Está más predispuesto a enamorarse?
-¡Toy en celo tol añu, guapina!
-Pero ahora que el aire ya es cálido y los días se alargan…
-Oye, cuca, ¡corta ya!
-¿Por…?
-No tengo gracia pa aguantar sandeces.
-Dímelo a mí, que encima te las tengo que preguntar.
-Ya, pero a ti te pagan.
-Sí, 200 euros al mes y sin asegurar.
-¡Jobar, qué mal está todo!
-Pues la tele local…
-¡Prubinos! Anda, os invito a desayunar.