Riesgos del cambio horario.
-¡¡¡Pero bueno…!!!
-¡Eso digo yo!
-¡¡¡Marisa!!! ¿Qué significa esto ho?
-¿Qué faes tú aquí, Josemiguel? A ver… Esto no ye lo que parez.
-Ah. ¿No? ¿Ahora resulta que soi gilipollas?
-¿Pero co… cómo vuelves a estes hores?
-Equivoqueme, en vez de atrasar la hora, ¡adelantela!
-Pues sí, ¡yes gilipo…!
-A ver. ¿Qué coño ta pasando aquí?
-Na. ¡Cambiose la hora por ahorrar!
-¿Ahorrar? ¿El qué?
-¡Un disgusto, joder!
-No, si yo… ¡Ay Dios!
-¿Ves? Ahora, a lo pijo, tú mira qué disgusto más tontu.
-…Siempre lo sospeché.
-Ya, Josín, pero ojos que no ven…
-¡¡¡Y en la nuestra cama!!! ¿Qué ye, que no hai pensiones?
-¡Diz que van a quitales!
-Pues haber ido a un hotel.
-¡Sí ho! Buena soi yo…
-¡Sí, sí, cojonuda! Y encima, lloviendo.
-¿Qué tien que ver?
-Dijiste que cambiarías con el tiempu.
-Yo no quería, Josín, ¡fue la hora extra!
-¿Qué ho?
-Con el cambiu horariu topeme con una hora de regalu y…
-Nun sabías qué facer con ella, ¿no?
-Él insistió y al final convenciome. Pero nun ficimos na.
-Ah, ¿no?
-¡Qué va! El tu amigu ye mui parau, nun creas que…
-¡Menudu zamarro! ¡Ahora toi enfadau con él!
-Tampoco seas tan drásticu, Josemiguel.
-¿Por?
-Si t’enfades por algo así vas quedar sin amigos.
-¿Entós?
-¡Enfádate contigo!
-¿Conmigo? ¿Qué quies que faga, que me tire por la ventana?
-No seas imbécil, ¡púsete los cuernos, no las alas!
-Marisa, tenemos que hablar.
-Tranquilu, Josemiguel. Lo que tienes ye que adaptate.
-¿A los cuernos?
-Al nuevu horario. Sal a dar un paseín, vida, aprovecha las horas de luz.
-¡Ja! ¿Y luego?
-Vuelves a entrar y ya verás como aquí nun pasó na.
-¿Cómo que na?
-Sí, una pijá.
-¿Una pijá?
-Por aprovechar bien la hora extra. Namás.