La inminente celebración del Día Mundial del Teatro origina severas removidas entre la profesión.
-¡Para, para!
-¿Qué?
-Uf, no sé…
-¿Pero… qué ye? ¿Qué hice?
-No. Si tú estás genial pero yo…
-¿Qué ye ho?
-No sé, no…
-¿No qué?
-Toy… Toy en la cabeza, ¿sabes cómo te digo?
-¿Qué ho?
-Tengo como un bloqueo ahí que… No fluyo, ¿sabes?
-¡Sigue, tío, haz el favor!
-No me creo nada. Lo siento, ¿podemos cogerlo desde arriba?
-¿El qué?
-Después de “yo dábate a maza” voy arrímáme más al flexo…
-¿Qué dices?
-…Y cuando garre la luz repites: “también toy pa ello”.
-¿Pero tú de qué vas?
-No sé, esi ye el problema… Con tantu meneo perdí el personaje.
-¡Sigue, tío, no seas capullo!
-¿Seguir? Ahora no encuentro el objetivo.
-¿Pero no llevas mil años queriendo acostate conmigo?
-Sí. Empecé a tirar de la memoria sensorial y…
-¿Qué ho?
-No sé… No me veo, ¿no me notas muy envarau?
-¡La culpa téngola yo por ligar con gilipollas!
-No, no. Si tú estás genial, en serio.
-Pero tío…
-El texto, únicamente. No digas tanto tío, tío, tío porque esto se nos cae.
-Lo que te va caer va a ser una hos…
-Ahí, ahí… Tú mantén la tensión, esa energía…
-¡Dios! ¿a quién maté yo?
-Vale. Pero no tan dramática, bájalo un poquito…
-Vaya día. Primero te vi pasar en el autobús…
-¡Ah sí! ¿Y qué tal estuve?
-…Y luego esperé a que vinieras a hablar conmigo, a comerme el tarro…
-Protagonista, antagonista: lo clásico.
-¡Pero calla de una vez, oveya!, ¿cómo se puede ser tan fantasma?
-No, perdona. Un poco obsesivu, quizá.
-¡Estás fatal, tronco! ¡Estás fatal!
-El teatro… ye una actitud vital, Luzma.
-¿Y vas dejáme aquí empantaná?
-¿Qué ye, que nunca te sentiste espectadora de tu propio coito?
-¡Cagonlamar, tío, estás pa encerrar!
-Como decía Strasberg…
-¡Vete a cagar!
-Vale. Pero cuando salga del baño, cambia la luz y volvemos a empezar.
-¡Aaagggggggggg!