Conmigo o contra mí.
-¿Ves?
-¿Qué?
-Lo que yo digo.
-¡Puf! ¡Ya tamos!
-¿Qué, ho?
-Sólo escuchas tu eco.
-¿Eh?
-Opiniones y gustos que coinciden con los tuyos.
-Coño, Marisé, normal.
-No, Evaristo. No, señor.
-¿Cómo que no?
-Así nos va.
-¿Por?
-Faite una auditoría, Varisto. A ti mismu, digo.
-¿Que qué, ho?
-Sí, venga. Los tuits que lees, les persones con les que hables, la tele que ves…
-Mira, Mari, yo sólo tengo…
-¡Prejuicios, Varisto! ¡Prejuicios!
-¿Eh?
-Conmigo o contra mí. ¡Lo tuyo ye así!
-¿Pero esto a qué vien?
-Sólo ves enemigos, amenazas…
-¡De eso na!
-¿Por qué no te hablas con la mitá de la familia ni de tus compañeros de curro?
-¿Pa qué? ¿Pa escuchar sandeces?
-Dialogar, Evaristo.
-¡Solo saben tocame los cojo…!
-¿Tan difícil ye aceptar que discrepen sin sentite agrediu? ¿Tan difícil ye?
-¡Pero si solo dicen pijadas! ¡Buena gana tengo yo de…!
-¡¡¡Dialogar, Evaristo!!!
-Que no, Marisé, que la vida ye mui breve pa perdela oyendo gilipolleces.
-Les coses no son blanques o negres.
-¿Que qué, ho?
-Tol mundo tién sus motivos ¿no?, su parte de razón…
-¡Uf!
-Así nos va. La sociedá ta polarizada. Nadie se deja convencer de nada.
-¿Qué coño quiés que faga yo?
-No seas tan injustu, Evaristo. ¡Encasillas a la gente y equivocaste mucho!
-¿Yo?
-¡Sí, vida, sí! Tienes que hablar más con los que piensan diferente a ti.
-¿Pa qué? ¿Pa poneme de mala hostia?
-¡Escuchar! Sobre to, pa escuchar. Mira, el tu cuñau quier hablate de…
-¡Menudu imbécil!
-¿Ves? Como un día te comentó que igual tú no tenías razón…
-¿Qué me va a contar esi oveya a mí? ¿Qué me va contar?
-Ni esi ni nadie. No soportas que te lleven la contraria. Da igual los Goya, Venezuela, el área metropolitana, el futuro de Toché…
-Valió, Marisé. ¡Déjame ver la tele en paz, eh!